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Esto No Es Kansas!

La vida en Kansas

Malditas tapas

Malditas tapas ¿Por qué las sopas y cremas envasadas son tan complicadas de abrir? ¿Los fabricantes han pensado en el método más pringoso y chungo posible para abrir un simple envase? Si te decides a tomarte una crema envasada pueden ocurrirte dos cosas:


  • Que hagas caso de lo que pone en las instrucciones: Perforar la tapita, meter la crema en el mircroondas y cuando esté caliente intentar destaparla. Esto no plantearía gran problema de no ser porque la tapita y el envase en general están ardiendo, y mientras tú te quemas los dedos levantando la tapita de los co***** te das cuentas que las perforaciones que has hecho religiosamente están provocando que la tapita se convierta en un montón de tiras. Qué bien. Ya no tienes que tirar de una tapa ardiendo. Ahora tienes que quitar 5 tiras ardientes y pringosas.

  • Que (después de la anterior experiencia) pases de las instrucciones de uso de la maldita crema de espinacas y tires de la tapa como una valiente. Vaya está muy pegada a su envase. Tiras más fuerte. Tiras tan fuerte que te cargas la tapa (vaya, otra vez con las tiras) y te salpicas entera con la cremita que tenía, y por supuesto, tenía mucha. Después de quitar las tiras y ponerte como un moco verde metes la crema en el microondas (sin un plato que la tape, ya que haces las cosas mal remátalas). Cuando está lista te das cuenta de que está esparcida por las paredes del microondas. Te deprimes y te comes un mendrugo de pan a secas.


Me voy a pasar a las sopas de sobre.

Situación embarazosa

Situación embarazosa Sé con seguridad que el veterinario me odia. En esa clínica hay 3 veterinarios: una chica (muy maja ella), un chico regordete simpático, y un chico moreno que siempre está hablando por teléfono. Suelo ir acompañada por (además de algún gato que otro) alguien al veterinario, pero siempre que voy sola me atiende el moreno. Y me odia!

Razones? Tiene varias. La primera, que siempre le hago colgar el teléfono. Además siempre monto un numerito cuando voy a salir de la consulta porque no sé como se abre la puerta, hacia dentro o hacia fuera. Sí, soy torpe.

La última vez (hasta ayer) que fuí casi le mato el gato (tienen un gatito siamés en la consulta). Mientras montaba mi numerito para salir de la consulta, se me cruzó el gato y le dí una patada (sin querer, en serio!!) que casi le saca a la calle. Je. Una es así de elegante. La desencajada cara del veterinario apuntaba hacia mi mientras yo, roja como un tomate y entre estúpidas risitas decía "Uy...perdón.. je... gracias eeh...je".

Ayer tuve que volver, y recé para que me atendiera alguno de los otros dos veterinarios, pero ya se sabe que la Ley de Murphy nunca falla. Allí estaba él, hablando por teléfono. Y allí estaba yo, con dos gatitos recogidos de la calle que más que gatos eran fieras. Por supuesto la montaron en la clínica. Mientras atendía a uno el otro se escapó. Estuvo dando vueltas por la clínica durante un buen rato, para acabar detrás del ordenador... dejando varios regalitos mal olientes.

Me odia. De verdad que sí. No me extraña.

Bienvenido a Esto no es Kansas

Echaba de menos escribir. Hace tiempo tenía costumbre de hacerlo de vez en cuando, pero poco a poco me fue tirando más eso de tirarme en el sofá a ver la tele... y dado como está la tele... he vuelto a escribir. O por lo menos le he puesto algo de voluntad.